M1 es una clasificación finlandesa voluntaria en materia de emisiones para materiales de construcción. Al igual que otras clasificaciones europeas en materia de emisiones como Blue Angel de Alemania, A+ de Francia y Clase 1 de Dinamarca, la marca M1 garantiza que el producto cumple ciertos requisitos de bajas emisiones. La clasificación M1 establece los límites para las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV), formaldehído y amoníaco de los materiales. Además, la aceptabilidad del olor se evalúa por medio de una evaluación sensorial empleando a un panel de personas.
Según Katri Leino, responsable de productos de la organización finlandesa Building Information Ltd, que gestiona la clasificación M1, tanto los usuarios finales como los trabajadores de la construcción se benefician de la certificación.
"El certificado M1 garantiza que las cualidades ambientales del producto en interiores se hayan probado en un laboratorio imparcial. El certificado es necesario si las empresas de construcción desean obtener calificaciones ambientales para sus edificios, como BREEAM, LEED o RTS", afirma Leino sobre las ventajas de la clasificación.
Leino hace hincapié en que los compuestos de todo tipo de materiales se evaporarán en cierta medida, incluidos los de origen natural. Por ello, no hay productos completamente libres de emisiones, y solo podemos hablar de productos con bajas emisiones.
Los requisitos de la clasificación M1 son más exhaustivos que los de sus homólogas europeas
La mayoría de los sistemas europeos de clasificación de emisiones basan sus protocolos de prueba en la norma europea EN 16516:2017+A1:2020, que cubre las pruebas de emisiones de los productos de construcción. Sin embargo, existen algunas diferencias entre los sistemas de clasificación cuando se trata, por ejemplo, de la definición y el cálculo de los compuestos orgánicos volátiles (COV) totales, el momento en que se realiza la prueba y las sustancias probadas.
De acuerdo con los últimos criterios de la clasificación M1, actualizados en 2017, las pruebas de laboratorio deben examinar los compuestos orgánicos volátiles con mayor detenimiento que antes. En los criterios se incluyeron los valores límite específicos de los compuestos según la lista del ICV de la UE, mientras que, anteriormente, solo se incluía en la clasificación el límite de compuestos orgánicos volátiles totales.
"Junto con las clasificaciones europeas en materia de emisiones, la clasificación M1 es una de las más exhaustivas que existen, ya que también examina las emisiones de amoníaco y la aceptabilidad del olor del producto. Si un producto está en la lista de productos aprobados por la M1, fomenta una buena calidad del aire interior", señala Leino.
Las bajas emisiones de la madera contrachapada WISA se han probado y demostrado
Según Anna Koski, Senior Product Development Specialist de UPM Plywood, las bajas emisiones son una parte integral del proceso de desarrollo del producto, empezando por la selección de los componentes. La finalidad es obtener las materias primas más seguras posibles y un producto aprobado por un instituto de investigación imparcial.
El certificado M1 se emite por tres años con la posibilidad de solicitar tres años adicionales antes de que deban realizarse nuevas pruebas. Todos los productos de madera contrachapada WISA se han probado y cumplen los requisitos más actuales.
"El cliente puede elegir libremente el mejor producto posible para las instalaciones, ya que toda la madera contrachapada WISA cumple los requisitos de la clasificación M1, independientemente del tratamiento. Muchos productos ignífugos liberan amoníaco y, por lo tanto, no cumplen los requisitos. Las emisiones de amoníaco de nuestros productos son tan bajas que alcanzan la clase M1", subraya Koski.
Puede encontrar las certificaciones M1 para los productos de madera contrachapada WISA aquí